Desde los 70 se ha generalizado el tópico de que a los españoles nos gustan las suecas. Pues ha tenido que venir un jovencito de Barcelona para demostrar que también los suecos
Una imagen vale más que mil palabras, pero Luciano ya lo sabía. No ha tenido que ser un fotógrafo oportunista el que demostrase el amor entre uno de nuestros iconos y el flamante fichaje del Barcelona. Luciano tiene el documento gráfico que muestra, ya desde las primeras jornadas de campeonato, el comienzo del romance. La forma de mirar a los ojos… la sonrisa… la forma de agarrarle de la nuca. Estaba claro, había amor.
Ambos han recorrido un largo camino hasta encontrarse y descubrir que las flechas de Cupido son impredecibles. Piqué pasó por el vestuario inglés del Manchester, donde coincidió con Cristiano. Zlatan por su parte, lo hizo en Turín, con Il Bello Cannavaro y en Milán con Luis Figo. Nociones tenían, sólo les faltaba su media naranja. Y en Barcelona se encontraron con el maestro Guardiola. No tardaron ni un mes en demostrar su idilio.
Desde aquí, quiero hacer un llamamiento a todos los que como Piqué han roto los esquemas y han salido de la taquilla del vestuario. El amor dentro del fútbol es posible.
Mi pregunta es: ¿Cuántos casos como el de Piqué e Ibrahimovic habrá en nuestra liga?...
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